Se trata de una filosofía originaria de Japón que se opone a las reglas típicas de decoración, debido a que está en contra de la simetría absoluta, de desechar lo viejo y a mantener los estándares de perfección en todos los detalles.
Decimos que se trata de una filosofía de vida, ya que presenta una manera de vivir y percibir el mundo desde la óptica de aceptar el ciclo natural de crecimiento y decadencia inevitables de la vida. Tal como lo afirma el autor Richard R. Powell en su libro: «nada dura, nada está completado y nada es perfecto».
Este estilo busca expresar la vida en su forma más real, usando los materiales en bruto para así lograrlo, pretendiendo que los objetos puedan provocar emociones en las personas. Son espacios de corriente minimalista cuyo valor se ve agregado al introducir materiales con las características ya mencionadas.
¿Que significa Wabi Sabi?
Si analizamos la palabra «wa» hace referencia al equilibrio, la paz y la armonía. En la cultura zen, la persona wabi es considerada un ser espiritual que se conforma con muy poco, libre de ira y codicia.
Sabi significa «flor del tiempo» y hace referencia a que la belleza no dura. Al juntar ambas palabras, da como resultado el concepto de la belleza de lo imperfecto y el respeto por las huellas del tiempo.
Claves para decorar al estilo Wabi Sabi
- Celebra las imperfecciones: la imperfección es la clave, por lo que es necesario incorporar objetos que muestren el paso del tiempo ya sea mediante grietas, oxidación, marcas del clima, etc. Así como también, jarrones antiguos y esculturas.
- Materiales naturales: todos los materiales a emplearse deberán ser naturales, tales como piedra, madera, textiles, mármol, barro, etc.
- Estética minimalista: la decoración japonesa tiene como filosofía que «menos es más», por lo que se deberá ocupar sólo lo escencial y que haya sido hecho por las manos del hombre.
- Colores de la naturaleza: este estilo se caracteriza por la sensación de nostalgia que evoca, por lo que se deberán usar colores terrosos, beiges y grises, evitando los colores vibrantes.
Estéticamente, este estilo es más intuitivo que intelectual, por lo que conforma ambientes modestos que evocan los procesos naturales.