Se refiere al modernismo estadounidense que se adapta a la vida contemporánea. Toma en consideración las nuevas casas construidas entre el final de la Segunda Guerra Mundial y la mitad de los años setenta. Para cuando terminó la guerra, los soldados requerían una vivienda por lo que se vio la necesidad de abaratar costos y crear módulos para las construcciones. Por esta razón hace especial énfasis en la funcionalidad y la estética.
En lugar de que las construcciones fueran de dos o tres pisos, se optó por casas de una sola altura. Por lo que el mobiliario debe ser limpio y funcional, con acabados de madera natural, o réplicas de clásicos como una pieza de Eames y Mies van der Rohe.
No busques exagerar con los detalles, ya que se trata de un estilo simple, limpio y acogedor con detalles curvados, texturizados y coloridos.
En cuanto al color, es importante basarse en una paleta de tonos neutros como blancos y grises, sin temer a usar colores más apagados como tierra o potentes como el naranja, turquesa o amarillo.
Te recomendamos mezclar lo antiguo con lo nuevo, por lo que evita incorporar un solo estilo a tu espacio. En cuanto a iluminación, ésta deberá ser estética y funcional.